Moncerbal 2016

Situadas entre 650 y 740 metros sobre las vertiginosas lomas de un pequeño valle, las viñas de Moncerbal expuestas al suroeste reciben la luz anaranjada de unos atardeceres limpios y oreados.

Es un paraje diáfano, claro y expresivo. De un sustrato vegetal plagado de densas masas de jara sobre suelos de pizarras, cuarzos y mármoles. 

Toda la transparencia de este entorno fluye como agua de frutas en un vino tan cristalino como el aire puro que respiran las cepas centenarias.